ENTRE DOS CABOS
Al sur de Calais se extiende la Cote d’Opale, una bahía de 12 km entre los cabos Gris-Nez y Blanc-Nez. Dunas extensas, ambiente rural y paisaje ligeramente ondulado, todo brilla aquí con más intensidad que en mi tierra, es más amplio y espacioso, también en invierno. Esto nos hace bien y abre el corazón.
Somos viejas amigas, algunas no nos hemos visto desde hace años, pero lo que las cuatro tenemos en común son nuestros hijos, jóvenes adultos que ya han pasado el tiempo suficiente con nosotras. En los años precedentes podríamos haber hecho algunas cosas mejor, o de otra manera, o haber hecho más, o menos, ... pero lo importante ahora es darse cuenta de que en estos jóvenes se está formando y configurando algo que escapa a nuestro control. Es su propio destino, siguen su camino, a veces se desvían, pero nosotras solo podemos estar ahí y sentirnos contentas y felices de ser todos como somos. Es una sensación agradable y nos dejamos llevar, esta vez a lo largo de la costa del Canal de la Mancha.
Llegamos hacia el mediodía a casa de nuestra amiga francesa Marie Laure y de Pauline, su hija menor. Era el día más caluroso del verano y en la terraza, directamente detrás de las dunas de Tardinghen, nos esperaba un ligero almuerzo.
Después de comer podíamos elegir, caminar o ir a nadar. Escogimos ambas cosas y después de un baño refrescante, nos pusimos en camino hacia Wissant.
Si uno pasea a orillas del mar por la costa del Canal, tiene que tener mucho cuidado con las mareas, ya que con frecuencia el camino de vuelta puede no ser el mismo que el de ida. En ese caso hay caminos detrás, por las dunas y los campos, desde los que se puede seguir contemplando la escarpada costa de Inglaterra.
Las rocas son un símbolo de fuerza reconfortante.
Hace 10.000 años el Canal de la Mancha era todavía un río, y el Rin y el Támesis eran sus afluentes. El nivel del mar, sin embargo, fue subiendo constantemente y las márgenes se convirtieron en costas cada vez más escarpadas. Hasta hoy el agua continúa inundando más y más tierra y los habitantes intentan poner a salvo sus casas, apilan rocas inmensas para construir diques y traen arena de otros lugares. ¡Ojalá aguante! La finca de nuestra amiga está un poco más atrás de las dunas y quizás se libre.
En Wissant descubrimos un nuevo bar de playa, tomamos un té frío y al lado alquilamos una tabla de Stand Up Paddle para el día siguiente. El mar iba a estar en calma y las condiciones eran óptimas para practicarlo.
Volvimos a Tardinghen al atardecer y esta vez nos decidimos por el camino entre las dunas.
Nuestra amigas francesas nos habían reservado un pequeño restaurante en las afueras de Wissant, „Le Green Bistrot“, con jardín propio de hierbas aromáticas y comida biológica. Me complació enormemente que la joven Pauline también tuviera ganas de ir a cenar con nosotras. Con ella me sentía valorada y a gusto. Pauline vivió varios años en Singapur, en Alemania y en Nueva York y tenía un acento americano maravilloso que a mí me gustaba mucho. Nunca antes había oído ese inglés juvenil, era para mí algo nuevo. Disfrutaba escuchándolo. Flotaba a veces una levedad en su voz de la que yo sólo podría aprender. Solamente en una ocasión, al hablar de la añoranza de Nueva York, sonó más grave. Pero fue un momento nada más y después volvió a reir.
Tras la cena, nosotras tres, las que veníamos de Alemania, Carmen, Susann y yo, hicimos un pequeño trayecto en coche por el interior hasta el hotel „La Ferme du Vert“. El sol ya se había puesto y Carmen se asombraba de la carretera, tan oscura y estrecha. Realmente estaba tan oscuro que luego hasta pudimos ver estrellas fugaces desde la ventana.
A la mañana siguiente salimos de Tardinguen en dirección sur. Caminamos por la orilla del mar hasta el cabo Gris-Nez y a la vuelta tuvimos que atravesar de nuevo los campos porque la marea alta se había apropiado de nuestro camino.
„A las colinas les gusta hablar de las montañas“
Proverbio ruso
Por la tarde fuimos a buscar la tabla de Stand Up Paddle.
Ever tried
Ever failed
No matter
Try again
Fail again
Fail better.
Samuel Beckett
Lo que también nos gustó .....
Las manzanas de verano del jardín de Marie Laure, maduradas con sol y mar.
Y su té inglés preparado en botella.
Té verde frío con mango, de sabor suave y nada amargo---------
infusión hecha en frío---------
Nuestro hotel en el campo ----------------